Venezuela en mi Memoria (I)
FLUYENDO
Intentaré que esto no se convierta en una autobiografía, pero esta historia en parte es lo que guardo en mi memoria, para darle razonamiento a aquello en lo que muchos nos hemos comprometido y aportar con esta experiencia a los que por deber les toca asumir el relevo.
La Venezuela actual impide que entre en algunos detalles, sin embargo trataré con la prudencia respectiva resguardar la integridad de aquellos que aún viven y están cerca de las garras de los criminales que rigen en nuestro territorio mientras escribo estas líneas.
Una historia siempre tiene un inicio, pero como esta es tan larga y ha sido de muchas etapas, siempre me ha costado decidir desde cuando comenzar, la mejor opción y es la que se me ocurre ahora mientras pulso las teclas, es iniciar desde donde alcanza mis recuerdos, cuando apenas tenía conciencia.
El VOLCÁN
Transcurría noviembre de 1992, de aquellos años en mi baúl de recuerdos aún están fijos los impactos de vivir entre gente armada, violenta y criminal.
Había nacido 5 años antes en el Hospital de Lidice de Caracas, y me crié en el 23 de Enero, en la calle el Porvenir del Observatorio. Y aunque entre mis vecinos había muchos trabajadores, estudiantes y familias decentes. En nuestras calles desfilaban niños y adolescentes con armas largas y operaban con impunidad. Nunca había visto una patrulla policial en las cercanías de mi casa, la única presencia oficial se veía desde mi balcón, el Palacio de Miraflores y sus Guardias, o en la Pata del Cerro, allí en las instalaciones del Observatorio y sus Policías Navales con su mundo aparte (imagino muy concentrados viendo el espacio).
Ya familiarizado con las armas, pero aún espantado por su sonido y más aún por los llantos que venían después de eso, no era raro para mi oír el eco de la metralla. En esos días habían matado a Maria Pescado frente a mi casa, junto a ella a un joven, que llevaba por nombre Julio y se parecía a mi papá. Pensamos había sido el, pero no era su turno. Gracias a Dios.
Mis padres profesaban religiones protestantes, mi papá evangélico y Mamá testigo de jehova. A esa edad ya sabía leer, y uno de los libros a los que tenía acceso, se llamaba historias bíblicas. A medida que leía el inicio del mundo, cuando Dios creó los cielos y la tierra, se veía en la imagen que reinaban los volcanes, la lava, el fuego y esa imagen impactaba en mi. Justo habia visto en las noticias, creo que en Colombia, un volcán había hecho erupción y la gente quedaba atrapada entre la lava y luego moría quemada.
Las escaleras eran habituales en mi vida, aquel día como tantos otros, baje los 350 escalones para que la persona que me hacía transporte me llevara al preescolar. De repente retumbaba el sonido de las balas, esta vez con mucha más fuerza y una serie de explosiones. ¡Chavez! dijo el conductor, se detuvo, dio la vuelta y por primera vez subió el cerro con su carro y me dejó frente a mi casa. Yo pensé que aquello era un volcán en erupción.
Pero en la televisión estaba el presidente Perez condenando la nueva intentona golpista de un señor llamado Chávez. De aquel intento vi los muertos y por vez primera presenciaba como militares y guardias se atrevían a subir hasta las cercanías de mi casa.
Tenía que buscar explicaciones, algo estaba pasando y afectaba mi mundo. Sin embargo aún esas explicaciones estaban lejos de mi alcance.
Julio César Rivas
@JULIOCESARRIVAS
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