Venezuela en mi Memoria (VI)
El 28 de diciembre del 2006, un Chávez envalentonado en la academia militar, anuncia el cese de la concesión que permitía transmitir en señal abierta a Radio Caracas Televisión. Era sin duda una noticia de impacto, 53 años transmitiendo la habían convertido en la principal televisora del país, con más del 45% de preferencia.
Algunas manifestaciones se organizaron días previos, estas contaban con todo el poder de difusión de RCTV y también de Globovision, el único canal nacional que en ese momento mostró solidaridad con la amenaza de cierre.
Ya entrado mayo, un grupo de exiliados venezolanos, ORVEX, ofrecieron a través de internet una descarga con la que se protestaría y se establecía un plazo en aquel video para que Chávez desistiera de su intención de clausurar el canal. La descarga consistía de una sirena, con ella se iniciaría la protesta previo al cierre.
La salida del aire de RCTV estaba programada para el 27 de mayo a las 00:00 horas. El 26 de mayo en Caracas, el canal había organizado una transmisión ininterrumpida para despedirse, la sociedad civil había realizado una convocatoria en la sede del organismo de censura del régimen de Chávez, CONATEL. En Valencia, mi ciudad de residencia, la convocatoria era en la Redoma de Guaparo.
Un día previo a la manifestación, pensé en que tenía que hacer algo, aportar, este era el momento. Tenía algo de independencia económica, me dieron la oportunidad de gerenciar ventas en un negocio del ramo automotriz y esto me dio la oportunidad de consolidar la idea en la que venía trabajando, JAVU.
Fui a una tienda de computación, justo al lado de mi trabajo, compré una laptop y una impresora, con ello, varias resmas de papel. En un diseño sencillo escribí: "La Libertad esta en peligro. Este 26 de mayo protesta, no seas indolente" encabece este escrito con JAVU. Y allí definí el significado de aquellas siglas, Juventud Activa Venezuela Unida. Imprimí tantas resmas como me lo permitió la impresora, al punto que agote la tinta, de allí fui hasta la oficina de Miguel Cocchiolla y saqué tantas copias como pude.
Camine unos cuantos kilómetros, casa a casa en todo el Trigal, deje aquellos panfletos incentivando a la protesta, era mi peregrinación, ese día camine solo.
Amaneció aquel 26 de mayo, me bañe y frente a un espejo practique lo que iba a decir, no estaba planificada ninguna tarima, pero yo practicaba un discurso, lo repetí durante varias horas, sentía que debía estar preparado, no sabía lo que estaba por venir, pero estaba seguro que tenía que liderar.
Llegue a la Redoma de Guaparo a eso de las 11 de la mañana, el sol no estaba tan inclemente, aún así solo estaban allí medio centenar de personas. Entre las personas reconocí a aquel señor que durante el ataque al comando de Rosales puso su arma a disposición para abrir el camino de escape, corrí a saludarlo, ¡Piedra!, Exclamó. Así me llamaron en el comando haciendo alusión al partido del Conde. Le comenté sobre la tarea que había hecho el día anterior y le expresé mi desilusión por la escasa presencia en la protesta. Él me dijo: "calma, aún es temprano y nos queda trabajo por hacer".
Fui hasta su camioneta, la recuerdo bien una explorer roja, y allí me dio un megáfono, "súbete al techo, vamos a buscar gente". Me subí, otros jóvenes se sumaron de inmediato, uno de ellos con una bandera de Venezuela, recuerdo tres nombres, Pedro Veloz, Jesús Lizboa y Luis Saravia, este último conocido como Chuto. Puse en práctica los discursos practicados horas antes, pero me di cuenta que sería poco efectivo, la camioneta iba rodando, lo que comenzaba a decir frente a una casa, lo terminaba frente a otra, tenia que ser directo. Cambie la estrategia.
"NO SEAS COBARDE, MIENTRAS COMES PARRILLA, CIERRAN UN CANAL, DEJA ESO Y VENTE YA A PROTESTAR" era agresivo y señalaba, pero era efectivo, los vecinos dejaban de hacer lo que estaban haciendo y se unían tras nosotros en sus carros, yo iba con el megáfono sobre aquella camioneta, con Luis, Pedro y Jesus apoyándome con consignas, y la fila de carros se convirtió pronto en una caravana. Rodamos por todo el norte de Valencia y parte de Naguanagua. Al finalizar la tarde la cantidad de carros que nos seguían era tal que se perdía de vista. Regresamos a la redoma.
Al llegar nos dimos cuenta que la Guardia Nacional había tomado la redoma y había hecho retroceder a los manifestantes. Los que llegaron con nosotros en caravana parquearon sus carros en el hombrillo y empezaron a conglomerarse. En ese primer intento fuimos reprimidos, tuvimos que retroceder unas cuantas cuadras producto de los gases y las lacrimógenas. Teníamos que ser más, empezamos a hacer el mismo trabajo de buscar personas pero esta vez puerta a puerta en los apartamentos de las edificaciones a lo largo de la Av Bolívar. "Salgan a la Calle, no nos podemos dejar".
Aquella manifestación pequeña de horas de la mañana, se había transformado en una concentración de miles de personas. Cuando vi que éramos una cantidad suficiente, hice una cadena humana y pedí a todos avanzar. Coreábamos la canción que RCTV había escrito con motivo del cierre "Un Corazón que Grita", contenía una de sus estrofas. Y avanzamos, a medida que nos acercábamos a la barricada de la Guardia acelerábamos el paso, al punto que corrimos. Pero la corrida no era en huida, era hacia ellos, se vieron en la obligación de retroceder.
Estaban rodeados y éramos miles, intentaron hacernos desistir rociando gas pimienta en nuestros rostros, pero seguimos firmes. Darwyn Rosales, reportero de RCTV y a quien ya había conocido, me dijo: "Julio vamos a retirarnos, ellos van a continuar la represión". Molesto le increpé: Tu podrás ser el reportero de RCTV, pero de aquí los que se van a retirar son ellos. Era un punto de honor, el esfuerzo para que aquello fuera grande no podía terminar por la imposición militar. Aquel episodio ambos lo recordamos con cariño, nuestra amistad aún perdura.
Pusimos nuestras manos sobre los escudos y avanzamos, con cada paso consignas, los arrinconamos hasta un convoy y allí salió un oficial, pidió hablar conmigo. Era un camión que hacía de comando intinerante, dentro de el una oficina. "chamo, lléguemos a un acuerdo, cerca de acá hay una importante instalación militar, mi misión es que está manifestación no llegue hasta allá. Tu encárgate de que esto no se salga de control y nosotros pondremos el dispositivo de seguridad en dirección al cuartel. De buena fe, toma un trago conmigo" me dijo el mayor a cargo. Acepte el trago, arrugue la cara, el whiskey aún no era agradable a mi joven paladar.
Salí del comando y enseguida los guardias se retiraron. Le pedí a los muchachos que aprovecháramos la retirada y trancáramos la autopista. En Euforia por la retirada militar, los vecinos marchaban por la redoma le daban vueltas constantes entonando el himno, era una victoria. Pero esta era en la víspera del cierre. A la medianoche RCTV dejo de transmitir, las sirenas de protesta sonaron, pero el objetivo de censurar al principal canal de televisión se concretó, Chávez logró su objetivo a pesar de nuestra protesta.
A las 2 de la mañana la protesta se diluyó, éramos mucho menos de los 50 que habían iniciado. El fuego de los cauchos se apagaba, y en número, los Guardias y policías eran ahora muchos más que nosotros. Pedro, Lizboa y Chuto aún estaban conmigo, en el otro canal de la vía un joven tratando de encender otros cauchos, Alfredo Albornoz, él llamó la atención de los policías, conducía una Hummer, se convirtió en blanco.
Teníamos que terminar, agotado les dije: "Hoy hicimos bastante, es hora de retirarnos, no nos dejemos agarrar. Compartamos número y contacto de messenger, hagamos lo mismo que hoy y juntemos jóvenes, tengan la clave del messenger de JAVU agreguen todos sus contactos allí y así los podremos contactar para la próxima protesta" Pedro nos comento: "La próxima es mañana, saldremos de la Universidad de Carabobo"
JAVU estaba naciendo en medio de la protesta, aquel 27 de mayo del año 2007.
Julio César Rivas
@JULIOCESARRIVAS
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