Incoherencia

 Hace 4 años recorrí junto a algunos magistrados del Tribunal Supremos Legítimo algunos países de Europa en busca de sanciones contra la dictadura de Nicolás Maduro y la apertura de procedimientos judiciales en el marco del tratado de Palermo. En en estas reuniones coincidí con el expresidente de España José Maria Aznar, quien escuchó atento nuestra exposición. Era el año 2017 nuestras palabras eran el eco de una tragedia.

Aznar toma la palabra, y manifiesta su conmoción, pero de inmediato expresa su confusión: "He escuchado hoy denuncias impactantes, el régimen venezolano ha sido capaz de ejecutar asesinatos, ordenar torturas, allanamientos en masas, ha simulado un proceso electoral para instalar un supra poder y ha desconocido la autoridad de la legítima Asamblea Nacional, los magistrados y ha sustituido fuera del orden constitucional a la Fiscal General. Todo esto indica que se asume como una dictadura y no le importa siquiera aparentar. Sin embargo, ahora mismo veo al liderazgo opositor convocando a participar a un proceso electoral regional organizado por los delegados de Maduro. ¿Cómo concuerda esto con sus denuncias de dictadura?".

Era imposible explicarlo entonces, porque no había razonamiento coherente para darle una explicación a eso. Hoy 4 años después tampoco lo hay. Y esa es la razón por la que Maduro ejecuta sus shows, a el no le importa que un nombre cambie en el mapa electoral, que Pedro y Juan reciban una credencial del CNE acreditándolos como gobernadores, para Maduro si Pedro o Juan no les resulta convenientes, una credencial o un título no es un impedimento para hacerlos a un lado, puede evitar su juramentación,  puede ordenar destituirlos, puede llevarlos presos, puede negarle recursos o puede poner una figura inventada por el para sustituir sus funciones. Puede hacer todo lo que le de la gana, porque es un dictador y para él no hay marco o límite legal, él es la ley. 

Hoy, Venezuela está viviendo una simulación electoral, y lo hace con los ojos del mundo puestos sobre nuestro país. Gobiernos, medios, organizaciones y gente común atestiguan el hecho presente, y asumen que nuestra situación se está estabilizando. Que la democracia aún tiene ventanas y que nuestro conflicto está a las puertas de una solución electoral, pacífica y democrática. A este párrafo le hace falta un single musical positivo y unas mariposas volando sobre las palabras. 

Pero Venezuela no vive ninguna democracia, y mañana sea cual sea el resultado de este show de hoy, la situación será peor, porque cada día que el dictador permanece Venezuela empeora, no importa cuantos bodegones nuevos abran en las Mercedes, ni cuantos influencers promuevan los emprendimientos de chichas y hamburguesas, los venezolanos están secuestrados por un sistema dictatorial que les ha impedido elegir un liderazgo de forma democrática y los ha condenado a la miseria, eso es un hecho. 

El venezolano de a pie, no puede ser señalado por participar o no en el proceso que simula elecciones regionales hoy. ¿Como juzgar a una persona que esta ahogándose por intentar aferrarse a cualquier cosa que parezca un salvavidas? Él es solo una pieza traicionada y manipulada de un tablero político establecido por grandes miserables. Pero entre los que mueven las piezas si hay muchos que podemos señalar, a Borrell por ejemplo, y a todos los altos jerarcas de la diplomacia europea que se prestan para esta canallada, nos traicionan, nos traicionan después de todo el apoyo que nuestro país les brindo cuando ellos fueron víctimas de la tiranía y las dictaduras. A la MUD, traducción perfecta del barro que son, putrefacción política amañada y corrupta, que año tras año estafa a los venezolanos jugando con sus esperanzas y sueños de libertad. Ellos son los traidores. 

La crisis de Venezuela no se resolverá nunca nombrado presidentes de condominios en edificios en ruinas. Nuestra situación es más compleja que ello. Los que mueven las piezas pretenden hacerte ver que tienes autonomía o opción al hacer un movimiento, pero escojas lo que escojas tú ya estás perdiendo. La verdadera opción de cambio es darle una patada a la mesa, derribar el tablero y echar bien largo al carajo al establishment político que hace ver a esta dictadura criminal, como una democracia. Trabajemos para que dentro de 4 años no tenga que escribir esta opinión, que es casi una fotocopia de un artículo escrito 4 años atrás. 

Julio César Rivas 

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