JULIO CÉSAR RIVAS

El fuego es uno de los elementos más poderosos de la naturaleza. Desde los albores de la humanidad, hemos sido atraídos por su luz y calor. Pero el fuego no es solo una fuente de luz y calor, sino que también tiene un significado profundo en nuestras vidas. En muchas culturas, el fuego se considera un símbolo de purificación y renovación. La idea es que el fuego quema todo lo que es viejo y lo deja a un lado para crear espacio para lo nuevo. Por eso, muchas culturas usan el fuego en ceremonias y rituales que marcan un nuevo comienzo o una transición importante en la vida. Además, el fuego también tiene un significado espiritual en muchas tradiciones. Se cree que el fuego representa la chispa divina que habita en cada ser humano y que nos conecta con el universo. Al encender una llama, podemos conectarnos con esta chispa interior y recordar nuestra conexión con lo divino. Por último, el fuego también puede simbolizar la pasión y la creatividad. Así como una llama arde brillante y fuerte

Estaba sentado en el avión, a mi lado había un pasajero y su perro. Cansado del viaje, cerré mis ojos y me sumergí en un sueño profundo. En el sueño, vi al perro caminando en el pasillo del avión, cuando encontró un tobo de agua. El perro cayó en el agua y empezó a ahogarse, luchando por mantenerse a flote y buscando ayuda. Volteé a mirar al dueño del perro, pero todo lo que recibí fue un pedido de que lo dejara quieto. El perro estaba luchando por su vida, dando vueltas en el agua, y volviéndose cada vez más pequeño, como si el tiempo se estuviera moviendo en su contra. Desesperado, intenté sacarlo del agua, pero en el momento en que lo toqué, el perro se transformó en un feto y se desvaneció entre mis dedos. Llevo días tratando de interpretar, conecte este recuerdo y logre esta imagen con la siguiente interpretación: "Este sueño está lleno de simbolismo y emoción. El avión sugiere un viaje o un cambio significativo en la vida del soñador, mientras que el perro represe

 De él se espera fuerza y valentía, se le juzga si muestra fragilidad, pero el dolor no distingue género ni raza, y no debería ser una carga exclusiva de la mujer. Es hora de romper con los estereotipos, de dejar atrás la falsa hombría, y permitir a los hombres expresar su dolor, sin temor al juicio ni la crítica ajena. Porque la vulnerabilidad no es debilidad, y el llanto no es sinónimo de cobardía, es simplemente una forma de sanar, de liberar el alma y seguir adelante. Así que no te sientas solo, amigo mío, en tu dolor hay otros que te acompañan, y aunque ahora parezca el fin del mundo, tú eres fuerte y sabrás sobrevivir. Julio César Rivas