Explotando Burbujas

 La realidad tiene sus burbujas, estas son pequeñas cápsulas que por momentos sirven de mundo aparte para unos pocos afortunados. Pero no te equivoques la capa que aparta a la gente de la burbuja y la realidad, es frágil. Te puede estallar en la cara.

Comencemos con un recuerdo, hace unos años, mi hermana nos visitó en Venezuela. Compro un paquete para Los Roques para que fuéramos en familia. Conducí hasta la Guaira y me dirigí al aeropuerto auxiliar, las instalaciones tenían banderas cubanas, como si aquel lugar se tratara de una colonia castrista. El vuelo pautado para la mañana fue suspendido, nos pusieron en espera y 8 horas después nos dieron luz verde para despegar.

Nos aproximamos al archipiélago en una pequeña avioneta de hélices, con nosotros un grupo de alemanes. La belleza que se dibujaba en el mar, no tiene descripción, turquesas profundos, arena blanca, eta todo un espectáculo. Cuando aterrizamos el personal de la posada nos esperaba  a la puerta del avión, cargaron nuestras maletas y nos daban una introducción de lo que sería nuestra estadía. Dejamos las cosas en la habitación y caminamos hacia el faro, pronto atardecería y queríamos aprovecharlo. Una vez en la montaña, el joven guía nos dice que los roqueños estaban de protesta, habían trancado todos los muelles de lancha y en la madrugada tomarían el aeropuerto. Desde las alturas nos señalaban hacia abajo, el botadero de basura, la planta desalinizadora, la planta eléctrica, todo vital para el funcionamiento de la isla, estaba en precarias condiciones, incluso sin funcionamiento. 

Mi propósito era escapar de mi rutina de entonces, la protesta, el activismo. Llegaba a los roques con la intención de tomar un respiro en la burbuja y esta me explotaba en la cara, recordándome que todo aquello que esté bajo el dominio de la dictadura, nunca podrá ser funcional. Escapados, logre disfrutar un día de playa, pero al tercer día todo se complicó. Los lugareños no permitían zarpes, aterrizajes o despegues. Todos los turistas nerviosos estaban en la pista esperando rescate, y mi posadero me indicó que debía hacer lo mismo, porque no sabían por cuanto tiempo se mantendría aquella situación. Regrese a tierra firme en un helicóptero militar, en una misión de evacuación.

Así como los Roques, una de las imagines que usa la dictadura para intentar vender imagen de mejora, es el Salto Ángel. Ambos no son bellos por causa de ningún gobierno o humano, son maravillas naturales que son parte de nuestro territorio. Pero su destrucción y las actuales amenazas que enfrentan, si son absoluta responsabilidad de la acción degenerada de la dictadura criminal que preside Maduro. Los "influencer" muestran el Salto como una señal de mejoría de la situación venezolana.

Ese salto ha estado allí por miles de años, es una de las formaciones terrestres más antiguas, de allí deriva su belleza imponente. Pero el Salto Ángel, Canaima y nuestro Orinoco, enfrentan una destrucción sin precedente, mineros ilegales, terroristas colombianos y mercenarios rusos, turcos, chinos e iraníes, devastan la tierra en busca de oro y otros minerales, allí en la cabecera del pulmón vegetal del planeta. El daño es de inmensas dimensiones, y es divisible cuando vuelas hacia Canaima. Ninguno de estos "influencers" han elevado su voz para denunciar esto, ellos sólo quieren vender la burbuja.

Y de las burbujas naturales, pasamos a las políticas. La dictadura no solo necesita que se venda la idea de que los bonitos sitios naturales son señal de mejoría. Necesita dar sensación de estabilidad, que mejor estrategia que intentar hacer creer que aún se conservan espacios democráticos. Con una oposición a su medida, organiza un evento, permite que algunos opositores tomen el control de algunos espacios políticos en regiones y municipios. Pero luego corrige y sin miramientos, les explota su simulación en la cara. Desconoce la autoridad del poder electoral (que el mismo designó), suspende la proclamación de un gobernador electo y hace repetir la simulación en un estado, porque le dio la regalada gana. A los "opositores" que si reconoció como gobernadores, los desfila y exhibe en su palacio, mientras en simultáneo les arrebataba las competencias y fuentes de presupuesto.

La burbuja de democracia en dictadura, es la más débil de las burbujas. La realidad de Venezuela es precaria, inhumana y debe cambiar. No es posible mejorar con esos criminales al mando y toda sensación ficticia, siempre llevará su cachetada de realidad. El desarrollo de un país no se mide por la cantidad de bodegones, o chicheros en las esquinas. Muchos de los "influencers" que se prestan para vender la supuesta mejoría, se pintan el pelo pero luego no tienen agua para lavarlo, ruedan por carreteras en mal estado, pasan horas en colas por combustibles en sus destinos al interior del país, se quedan sin luz o sin señal de internet y se les complica cargar sus videos. Y sus padres jubilados reciben un aguinaldo de 1,5 dólares, que difícilmente alcance para comprar un kilo de cebolla.

Actualmente el mundo entero está en declive, las cosas no están bien, pero Venezuela está peor. Esa es una realidad, no la puedes encapsular.

Julio César Rivas
@JULIOCESARRIVAS

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